miércoles, 26 de septiembre de 2007

Alberto el futurista



Alberto, el niño futurista


En la tierra de Spük hace mucho tiempo, vivía un muchacho llamado Alberto. Le gusta jugar, y su padre era uno de los mejores inventores del país.
Cierto día Alberto dijo: - Como me gustaría volar-.
Su padre sabía que eso era imposible, así que le creo una especie de alas para poder planear y caer suavemente desde la cima de una montaña. Al tiempo de ello, un día Alberto se fue a un río a nadar. Tras un tiempo nadando, Alberto pisó algo, era un casca nueces, salió del río y lo observo.
Sabía como lo hacía su abuela y empezó a machacar nueces. Tras hacerlo sintió como si una fuerza lo absorbía. Muerto de miedo cogió su espada de madera y armado de valor preguntó:
-¿ho-o-ola? ¿Hay alguien?-
Nadie contestó, volvió a intentarlo. Alfil una voz le dijo: -Hola, Alberto, soy el guisante mágico te concederé un deseo, pero solo uno, piénsatelo, te veré mañana, aquí a la misma hora.
Alberto estaba súper contento, nunca se le había presentado algo así. Al fin se decidió y dijo que quería ver y tener los inventos del futuro. El guisante, tal y como había prometido le proporcionó: Microondas, televisión, luz corriente, cámara de fotos. El guisante le explicó como funcionaba cada uno, Alberto pensó montar una feria en la que sacaría mucho dinero en la investigación de su padre. Antes de irse el guisante le recordó que solo tenía una norma: Que estos inventos solo podía tenerlos él y su familia, porque si no desequilibraría la historia. Alberto y su familia vivieron felices y se compraron una gran casa en lo alto de montaña, al lado de una torre.










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