Hace un tiempo había un pueblecito, creo que se llamaba…Izoold. Un cuenta cuentos contaba historias muy bonitas aunque, algunas muy oscuras y siempre que venía decía: “¿Queréis oír una historia? Sus cuentos transcurrían en un planeta llamado Symphonia. El cuenta cuentos venía cada día a contarles cuentos, tanto que se les hacía imposible vivir a los habitantes sin él.
Un día concretamente el 31 de octubre el cuenta cuentos no apareció y en el pueblecillo empezaron a correr rumores:
Unos decían que el libro que leía se lo tragó, otros que sufrió una enfermedad gravísima, y con los rumores llegó la desesperación. Los habitantes se convirtieron en monstruos, almas en pena, iban de casa en casa asustando a sus habitantes, pidiendo caramelos, y haciendo trastadas. Desde ese día aparecieron unos extraños carteles que aparecieron por todo el país. En esos carteles ponía “31 de octubre, día universal de la recogida de caramelos y sustos”. Nadie sabe realmente quién colgó esos carteles, aunque hay gente que dice que fue el cuenta cuentos que, desde algún lugar lo vio todo. Una cosa si es clara, nadie volvió a ver al encapuchado y oscuro cuenta cuentos.
Dentro de unos quinientos años, dos jóvenes que andaban por el bosque se pararon y entre medio de los árboles oyeron una voz que decía:
¿Queréis oír una historia?
miércoles, 31 de octubre de 2007
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